Historia de la Medicina Forense



ANTIGUEDAD 

Se reconoce como primer experto médico forense a Imhotep, quien vivió en Egipto, aproximadamente 3000 años antes de Cristo. Fue la más alta autoridad judicial del rey Zoser y el arquitecto de la primera gran pirámide de Sakkara.

Imhotep
La medicina egipcia de esa época estaba socializada. Los médicos eran sufragados por el Estado y ya existían especialidades. Los errores profesionales se castigaban seriamente, al punto que en algunas ocasiones los culpables eran lanzados al Nilo para que los devoraran los cocodrilos.

  

El Código de Hammurabi, en Babilonia, 1700 años antes de Cristo, y el Código de los Hititas, que data de1400 a.C., constituyen pruebas tempranas de la relación medicinaley. Pero el cuerpo de leyes más importante de la era precristiana es, sin lugar a dudas, la legislación romana contenida en las Doce Tablas, que a partir del año 451 a.C. tuvo una vigencia de nueve siglos. En las Tablas se incluían normas relativas a las responsabilidades del enfermo mental y la duración del embarazo.

Código de los Hititas
Código de Hammurabi
EDAD MEDIA

El Código Justiniano, aparece entre los años 529 y 564 de la era cristiana y coincide con la declinación del Imperio Romano. En él se regulaba la práctica de la medicina, la cirugía y la obstetricia; se imponían penas por malpraxis y se establecía el papel de experto médico dentro de la administración de justicia. Muchos de sus principios persisten en códigos modernos.
Código Justiniano 

Los mil años subsiguientes a la caída del Imperio Romano se caracterizan por el estancamiento de la cultura que significó la Edad Media. Sin embargo, durante el siglo XIII apareció en China un valioso documento medicolegal, el Hsi Yuan Lu, escrito por un juez, y el cual se refería a la clasificación de las lesiones de acuerdo con el instrumento que las producía y a su gravedad según la región del organismo en que estuviesen localizadas.

RENACIMIENTO

En 1507, bajo los auspicios del obispo de Bamberg y del barco Juan de Shwartzenberg, Alemania contó con un completo código penal. Poco después, en 1537, basado en el anterior, el emperador Carlos V promulgó el Código Carolino, que estableció que el experto médico debía auxiliar a los jueces en casos de homicidios, heridas, envenenamientos, ahorcaduras, sumersión, infanticidio, aborto y otros tipos de lesiones.

Durante la segunda mitad del sigo XVI empezaron a aparecer trabajos sobre la aplicación del conocimiento médico a la solución de problemas legales. 

Ambroise Paré
En esta labor destacaron tres personajes: el francés Ambrosio Paré, quien en 1575 dedicó uno de sus volúmenes a la metodología para preparar informes medicolegales, y a la enfermedades simuladas; y dos italianos, Fortunato Fideli, quien alrededor de 1602 publicó su obra en cuatro libros De Relaionibus Medicorum, fiel reflejo de las ideas y supersticiones de la época, y Paulo Zacchia, médico del Papa, que superó a su compatriota con la obra Cuestiones Medicolegales, publicada entre 1621 y 1635, y cuyo punto débil fue la inclusión de un libro acerca de la medicina forense de los milagros. Las opciones están divididas acerca del precursor de la medicina forense moderna. Algunos historiadores conceden este mérito a Paré, y otros a Zacchia. Sea como fuere, la supremacía que los italianos lograron no pudo ser conservada.
El siglo XVIII se caracterizó por el desarrollo de las primeras cátedras universitarias de medicina forense. Este hecho tuvo lugar en Alemania, donde las primeras lecciones fueron impartidas por el profesor Johann Michaelis, en la Universidad de Leipzig, a quien sucediera Johann Bohn, autor del libro titulado Medicina oficial o Medicina del Estado, obra que alcanzó gran difusión. Una característica de esta etapa inicial de la docencia universitaria de la medicina forense fue que no constituía una materia independiente, sino que se enseñaba conjuntamente con otra disciplina, la medicina preventiva, entonces conocida como higiene.
La primera cátedra independiente se estableció en la Universidad de Viena, en 1804. El profesor fue Ferdinand Bernhard Vietz, y la asignatura que se denominó “Farmacología estatal”, abarcaba medicina forense y toxicología. Dentro del imperio austro-húngaro, se establecieron cátedras en Cracovia (1805) y en Praga (1807).